Son tantas las fotos que tengo de mi viaje a Japón que encontrar el tiempo para editarlas y colgarlas en el blog es realmente un reto. En estos días he logrado superar uno más y aquí les ofrezco un breve tour por:
Tsukiji,
el mercado mayorista de pescado más grande del mundoEl mercado abre a las 03:00 am excepto los domingos y festivos, así como también algunos días especiales durante la semana.
La llegada de productos es por barco, camión y avión desde todas partes del mundo. Se destaca especialmente la descarga de grandes volúmenes de atún. Los vendedores de las subastas (vendedores mayoristas llamados en japonés
oroshi gyosha) estiman los valores y preparan los productos recibidos para la subasta de cada mañana, luego los compradores que poseen ciertas licencias que les permiten participar de dicha subasta inspeccionan los pescados para determinar cuales son los lotes por los que desean realizar una oferta y cual es el precio que ofrecerán.
La subasta comienzan alrededor de la 05:00 am.
Después de haber estado viendo las fotos debo decir que no me sorprende que el Atún Rojo o Blue fin Tuna, (
Thunnus thynnus) esté corriendo peligro! Hay que tomar conciencia de ello y sacrificar el tiempo débido sin este manjar del mundo marino para que se vuelva a equilibrar su población, en lugar de desaparecerla de nuestro planeta.
Antes de ir a este mercado en Tokio, había ido primero al de Kyushu que es bastante más pequeño pero me había impresioando bastante, por su variedad en cuanto a pescados, mariscos, algas, moluscos, crustáceos y venta de la casquería de los pescados, así como también por el orden que había.Lo que uno puede imaginar de un mercado en Japón si nunca ha ido.
Visitar los mercados es una de mis actividades favoritas, sin importar en el estado que estén. Siento que el mercado es un miembro sumamente importante de cada ciudad y país, sobre todo forma parte de la cultura de las personas que lo habitan.
Después de haber estado totalmente maravillada con el mercado de pescados de Kyushu, (según muchos japoneses el mejor mercado local de pescados de Japón) me tocó visitar Tsukiji. Estaba realmente emocionada de levantarme una vez mas a las 04.00am para visitar un mercado y esta vez era la famosa lonja de Tokio! Tomé el metro, en mi parada que era Aoyama Itchome, luego un cambio de línea en Ginza hasta la parada Tsukiji. Era un día frío, realmente frío de marzo, mi cuerpo ansiaba una sopita....sería la recompensa después de la visita.
Lo que realmente me impresionó de la gran loja, fue su tamaño y la cantidad de atunes rojos de gran tamaño que circulaban por donde fuera. Los veía como enormes cádaveres ultra congelados tirados en el suelo o siendo ya transportados, después de la subasta al puesto de alguno que lo había comprado. Grandes lomos de atún (y pez espada) congelados eran cortados con una sierra eléctrica. Era frío el ambiente, no sólo por la temperatura, si no por el trato sin mucho respeto. Por momentos me daba la sensación de estar en una morgue donde hay cuerpos olvidados sin nombre, solamente un número adherido al cuerpo los identifica. Otros grandes lomos de atún se mostraban como un gran trofeo en los puestos. Otros atunes frescos recibían mejor trato, al menos daba esa impresión.Estos estaban siendo recién porcionados con un gran sable , algunos cuchillos parecían más una
katana que un cuchillo. Suelen medir hasta un metro de largo y se llaman Oroshi Hocho, Maguro Hocho y/o Hancho Hocho.
En Tsukiji la variedad no me impresionó, pues vi menos que en Kyushu. Hasta creo que el de Madrid resulta más impresionante y placentero. Hasta los mismos japoneses dicen que el mercado mayorista de pescados de Madrid es excelente y para ellos el segundo mejor después de Tsukiji.
Lo que si me sorprendió fue el caos que se respira. Podía haber estado en cualquier lonja del tercer mundo, no había la más mínima sensación de higiene casi obsesiva que pueden llegar a tener o transmitir los japoneses. No me disgustó ese caos, por lo contario, suelo disfrutarlo,ya que los mercados caóticos son los mas entretenidos para estar como espectador y observador. Hay que tomar en cuenta también que soy peruana, vengo del tercer mundo y estoy más que acostumbrada al caos. De igual manera, sean tercer mundistas habituados al caos o no, les prevengo de los carritos motorizados que circulan entre los pasillos, no creen en nadie! y menos en los turistas que obstruyen su paso y no son los compradores estrellas.
Mi visita terminó con una compra de la versión de "conchas negras" japonesas, que allá son rojas y se llaman
Akagai, en inglés blood clams o ark clams. Hicieron que me olvidase de la sopita y me fuese rápidamente a prepararmelas , el resulatdo fue un extraordinario ceviche nikkei de akagai que hizo que viajara ida y vuelta , ida y vuelta, e ida y vuelta entre mi querido y añorado Perú y mi finalmente conocido amor plátonico Japón...
