28.02.08
CARETAS.Lima-PerúFusión a la Peruana
La joven chef de 28 años es pionera del servicio de Chef Privado en Madrid. Su fuerte, la fusión de comida peruana con la asiática.
Brisa Deneumostier nació en una familia de sangre culinaria y su vida tomó inevitablemente el mismo rumbo. Su papá, Eduardo, amante de la cocina y fundador del restaurante Bohemia junto con su otra hija también chef Penélope, Gastón Acurio y Neto Jochamowitz, la introdujo al mundo marino. “Tengo recuerdos maravillosos de él: verlo salir del mar con su pesca: lenguados, pericos, meros, chitas, etc. Y luego desayunarlos o almorzarlos fresquitos. ¡Qué rico!”, recuerda Brisa.
Pero dos lugares en el mundo la llevaron a embarcarse en la cocina fusión: Estados Unidos y Tailandia. En noviembre del 2000 se fue a estudiar por dos años al Culinary Institute of America, en Nueva York. Allí conoció y se familiarizó con las cocinas de distintas partes del mundo. Un año después ya estaba al mando del restaurante “Tabla”, centro de la nueva cocina de la India. Allí los paladares se ponen a prueba con platos que llevan más de cinco especias. “Había un cuarto repleto de ellas. Era como un cofre que guardaba un tesoro”, cuenta. Pero un 11 de septiembre de ese mismo año, a veinte cuadras del restaurante, el atentado a las Torres Gemelas la obligó a buscar tranquilidad y sumergirse en una aventura por el sudeste asiático: Camboya, Laos, Nepal y Tailandia, en donde se internó en un monasterio budista. Afortunadamente, logró superar sus trabas mentales y se le presentó la oportunidad de trabajar en el “Bann Rim Paa”, restaurante que prepara las recetas secretas que mucho tiempo atrás se cocinaban en el palacio real.
Luego Brisa partió a Madrid, donde radica desde noviembre del 2005. Allí es pionera del servicio de Chef Privado, su actividad principal, que está teniendo gran acogida. El quid es hacer posible tener a la chef en casa y comer como si se estuviese en un buen restaurante. Raúl González Blanco, el capitán del Real Madrid, puede dar fe de ello, hasta en dos ocasiones. Brisa también da clases particulares de cocina y trabaja en los llamados Party Class (enfocados para las empresas que buscan fomentar el trabajo en equipo entre sus empleados). En ambos cautiva a los participantes con su fuerte: la fusión de la cocina peruana con la asiática. Asimismo, ha ideado junto a su hermana Penélope tours gastronómicos denominados A Taste of Perú, cuya mayor demanda proviene de los Estados Unidos. Y es que según el Perfil del Turista Extranjero 2006, el 74% de los potenciales viajeros norteamericanos están interesados en realizar actividades relacionadas con la gastronomía.
Con el auge de la comida peruana en el mundo, si hubiera alguna duda, Brisa reafirma su vocación inicial, cuando a los diez años con sus amigas simulaba tener un restaurante en el garaje de su casa en la playa Los Pulpos. Allí con la ayuda de sus madres ‘cocinaban’ algunos platillos y pasteles. Tan fuerte era su inclinación desde entonces que la cocinerita bautizó al gato de casa con el nombre de una especia, Comino. Su mundo, pues, giró y gira en torno a la gastronomía.
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