Ellos son, Andrés Madrigal del restaurante Alboroque en Madrid, y Bernd Knöller del restaurante Riff en Valencia.
Compartiré con ustedes la carta que envíaron expresando su agradecimiento. Personalmente me han conmovido por la humildad y humanidad que transmiten sus palabras.
Queridos amigos;
Los tiempos cambian y las cocinas evolucionan, se transforman, regresan al punto de partida. Para mí que tantas veces he cambiado de prisma para mirar con otros ojos, desde otros lugares, con otras especias, con otras compañías, la Cocina sigue significando un lugar íntimo donde me rodeo de buenos amig@s, compañer@s que saben tocar la misma partitura, significa construcción, significa confiar en mí aunque las modas se apunten a otras suertes, en definitiva es el lugar en torno al que ha ido fluyendo toda mi vida.
La noticia de la concesión de una Estrella Michelín me llega y de inmediato se convierte en la alegría de todos vosotros, los que pasáis por mi casa y mi cocina, los que habéis vivido en los dos sitios. Para mi una Estrella es el resultado de un trabajo en equipo, un reconocimiento que no puede dejarme indiferente porque es satisfacción de un proyecto entendido y una ocasión para tentaros e invitaros a esta locura deliciosa que es para mi la Gastronomía.
Y mañana me levantaré como siempre, escuchando música celta en la ducha. Caminaré con la cara helada hasta el metro por el parque y pensaré en la nueva carta. No puedo estar más agradecido, todos los días elegiría ser cocinero y aunque las travesías no siempre han sido sobre terreno llano he compartido lo mejor de mi experiencia con vosotros después de crecer entre fogones, viajando y quedándome en Madrid, solitario y enamorado, lleno de deseos y rodeado de amig@s.
A todos los que os sentís aludidos, Gracias, hoy también he sido afortunado.
Andrés Madrigal García.
Los tiempos cambian y las cocinas evolucionan, se transforman, regresan al punto de partida. Para mí que tantas veces he cambiado de prisma para mirar con otros ojos, desde otros lugares, con otras especias, con otras compañías, la Cocina sigue significando un lugar íntimo donde me rodeo de buenos amig@s, compañer@s que saben tocar la misma partitura, significa construcción, significa confiar en mí aunque las modas se apunten a otras suertes, en definitiva es el lugar en torno al que ha ido fluyendo toda mi vida.
La noticia de la concesión de una Estrella Michelín me llega y de inmediato se convierte en la alegría de todos vosotros, los que pasáis por mi casa y mi cocina, los que habéis vivido en los dos sitios. Para mi una Estrella es el resultado de un trabajo en equipo, un reconocimiento que no puede dejarme indiferente porque es satisfacción de un proyecto entendido y una ocasión para tentaros e invitaros a esta locura deliciosa que es para mi la Gastronomía.
Y mañana me levantaré como siempre, escuchando música celta en la ducha. Caminaré con la cara helada hasta el metro por el parque y pensaré en la nueva carta. No puedo estar más agradecido, todos los días elegiría ser cocinero y aunque las travesías no siempre han sido sobre terreno llano he compartido lo mejor de mi experiencia con vosotros después de crecer entre fogones, viajando y quedándome en Madrid, solitario y enamorado, lleno de deseos y rodeado de amig@s.
A todos los que os sentís aludidos, Gracias, hoy también he sido afortunado.
Andrés Madrigal García.
Muchas gracias al esfuerzo de mi gran equipo, a Fanny, Mike y Laura, Cecilia y María, a Cristina y Miguel y a Paquita, mi maître y sumiller desde hace ya 12 (!!!) años.Gracias también, y un gran beso a mis fabulosos clientes y amigos que siempre nos han apoyado. Y por supuesto a todos nuestros proveedores y colaboradores, porque la buena cocina depende de un gran producto.
Bernd H. Knöller
...más que una estrella romántica, parecía un cometa que aterrizaba en el mundo, flipando en colores. Estamos alucinados del impacto que conlleva un asunto así.
Muchas gracias por todo.